martes, 28 de abril de 2009

Influenza Porcina

puerquito porcino

Estamos de nuevo en boca de todo el mundo. Y una vez más es por causas negativas. Ahora, a un irresponsable, malintencionado y desconsiderado virus, se le ocurrió dar el brinco de los cerdos a los humanos. Van 150 muertos y el número parece ir creciendo poco a poco. No sabemos a ciencia cierta los números reales, por supuesto que las teorías de conspiración contra el gobierno no se han dejado esperar y en mi inbox los primeros 65 mensajes son de información relacionada con la Influenza. Todos estamos tomando precauciones y todos esperamos que esto pase pronto. En los centros de trabajo, entre broma y broma, nadie saluda de mano, menos de beso. Los cines, centros comerciales y lugares públicos están desiertos. Las escuelas a todos los niveles estarán cerradas y la interrogante de donde dejar a los hijos para venir a trabajar es la mara en la frente de los padres y compañeros de jornada.

Todos estos factores tienen un efecto económico que apenas empezamos a sentir. El dólar ya se revaluó frente al peso y ahora ha subido de precio de manera lenta pero constante, con amenazadoras intenciones de llegar a los niveles de hace un par de meses donde estuvo a un poco más de 15 pesos por dólar. A las personas comunes y corrientes como yo, que no viven en la frontera (y que por supuesto no maneja inversiones en monedas extranjeras) esto puede parecer no afectarles de manera directa. Pero para los que vivimos aquí es cosa común y casi de cada semana hacer algunas compras en U.S.A. cruzar “al otro lado” por algunos artículos de diferentes necesidades, por ropa, por discos, equipo de cómputo, perfumes, etcétera. Y con estos movimientos financieros vemos como el poder adquisitivo en los Estados Unidos se ve minado día a día. Los motivos por los cuales uno consume del otro lado y no aquí son extensos, de raíces profundas, que podría resultar difícil de entender para los no residentes fronterizos. Eso es tema de otro post.

La influenza está ahora en el foco de atención de todo el mundo. En nuestras manos sólo está la prevención, acatar las indicaciones de las autoridades médicas y hacer cuanto esté a nuestro alcance para no enfermar. Por si acaso yo ya empecé a aumentar mi ingesta de vitamina A y C, uso tapabocas en el trabajo y ya no saludo a nadie estableciendo contacto físico.

Y recuerden que el hecho de comer puerco no implica que sean susceptibles de ser contagiados. Asegúrense de cocinar los alimentos provenientes de este animal por encima de los 71 grados centígrados. A esa temperatura todos los bichitos microscópicos que pudiese contener la carne se mueren y hacen seguro su consumo.

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