viernes, 31 de julio de 2009

El placer del tacto

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No, definitivamente este artículo no es sobre los placeres físicos que producen las caricias (hecho innegable), sino del placer que produce adoptar un nuevo iPod Touch con su océano de posibilidades en forma de aplicaciones instalables desde la interface de atunes.

Estoy fascinado con la versatilidad del juguetito. No me importa tanto el escuchar música en él, ni ver videos, eso lo hace casi cualquier teléfono hoy en día, sino poder usarlo para muchas otras cosas más (algunas también las hacen otros telefónos pero con pantallas algo más pequeñas como mi Nokia E71), sino la versatilidad y variedad de aplicaciones que hay disponibles, de las cuales debo poner como número uno en mi lista a Stanza, el lector de libros electrónicos para iPhone/iPod Touch que me permitirá, de manera bastante cómoda, leer la gran colección de libros electrónicos que poseo.

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Dicen que la próxima generación tendrá cámara, y por supuesto, hará otras gracias de las cuales ya no seré yo beneficiario ¿Pero no es así todo el tiempo? La única manera de estar actualizado en ese sentido es estar comprando todo el tiempo lo último que sale, o lo que es igual, tener una fuente inagotable de recursos capitales y las ganas de estar cambiando de equipos cada veinticinco días, por que siendo sinceros, la tecnología de la electrónica de consumo es una carrera que no tiene una meta al final esperando, sino una nueva marca de inicio que aparece con cada disparo de la pistola de los nuevos diseños disponibles para la compra.

miércoles, 22 de julio de 2009

Harry… ¡Oh! Harry Potter y el príncipe ¿Quién?

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Dice el refrán mexicano que no hay fecha que no se llegue ni plazo que no se cumpla; así, después de un retraso de algunos meses por parte de la casa productora para el estreno de la película de Harry Potter y el misterio del príncipe, que según las primeras fechas debió haberse estrenado en Diciembre del 2008, llegó a las pantallas de nuestras mexicanísimas salas de cine la magia del ya no tan pequeño maguito con anteojos y sus dos alegres amigos.

A mi no me culpen de la tan generalizada tendencia de comparar, siempre e invariablemente, la adaptación de una película con el libro del cual surge. Es lo más natural que uno siente debe hacerse. Sí al momento de estar leyendo el libro las imágenes evocadas por las palabras que se forman poco a poco en nuestras cabezas, nos hace vivir emociones diversas y nos contagió de ese espíritu indomable de la curiosidad por saber que va a pasar en los capítulos venideros, nos ayuda a recrear los fantásticos lugares, espacios, animales y objetos de este universo, lo menos que espero yo al pagar para ir al cine a verla es que al menos la historia se parezca a la del material de origen, en este caso: El libro. Si a mí, sin fortuna alguna y sin esfuerzo personal, el libro dibujo todos sus elementos en mi mente, espero que al ponerle unos doscientos cincuenta millonsejos de dólares y personas expertas en sus diferentes áreas, el resultado debe ser al menos medianamente aceptable. Triste es la verdad que reza que la vida no es justa (porque todo mundo sabe que ser bueno es fácil, lo difícil es ser justos) y debo decir que está cinta me decepcionó. Esperaba, durante estos dos años, que la batalla de la torre del observatorio fuera algo espectacular, es más, que los críticos hicieran pedazos a la película por lo exagerado de las escenas y las confrontaciones entre alumnos y maestros contra los mortífagos. Y nada. No pasó nada. No hubo pelea. Una débil confrontación de Draco con Dumbledore quien sabía que ya lo andaba queriendo matar y como si llegara a pedir una tacita de azúcar llegan los malos y de la nada Severus Snape aparece y ¡PUFF! Lo mata. Aclaración: No me reclamen que les he contado el final de la película, que no termina aquí y el libro tiene varios años escrito y esto era de conocimiento generalizado.

Espere ver más recuerdos de Tom Ryddle. El Voldemort humanizado, por qué se hizo malo, sus motivos detrás de sus acciones. Esperaba que Snape fuera puesto en más situaciones que nos hicieran dudar de su verdadera lealtad y que transmitiera la imagen que transmite al final del libro. Nada. Neville Longbottom casi no habla, Luna Lovegood, como siempre, es un personaje genial. Ginny estuvo muy débil, toda la línea de la historia entre Tonks y Lupin la desaparecieron, entre otras cosas. Molly Weasley, casi no habló y la otra línea entre Bill y Fleur De la Coeur ni siquiera se mención. De esto podemos deducir que no habrá boda para la siguiente entrega, además, El funeral de Dumbledore fue un suceso notable. Hasta la odiosa de Dolores Umbridge acude a presentar sus respetos y aquí no hubo nada. Debió haber sido como el Michael Jackson del mundo de la magia. Si tan importante era, lo correcto era que se hiciera un servicio funerario a su altura. Pero no. Se limitaron a alzar sus varitas al aire para borrar la marca tenebrosa del cielo y fue todo. Pobre Dumbledore. Que manera de ignorarlo. Y ahora el título ¿Qué tiene que ver el libro de pociones del príncipe mestizo con todo esto? Lo tuvieron que incluir, se nota, porque el libro así se llama, sino seguro lo hubieran quitado también.

Sí, ya dejé claras mis inquietudes e inconformidades con el film, pero ¿Me gustó? Mmm... la pregunta es simple, corta y precisa. La respuesta, desafortunadamente, no corre tal suerte. Me “medio” gustó. Eso porque me gustó el libro. Se me hizo lenta. Muuuy lenta en ocasiones. Hubo varias cosas que me gustaron y otras que no tanto. El look se me hizo diferente. Frío en casi todas las tomas, con tonalidades azules, grisáceas, de sentimientos distantes y sólo cuando están en la Madriguera de los Weasley los tonos se hacen cálidos. Se notó demasiado la intensión del uso del color. Creo que hubo un abuso del efecto de “blurring” en algunas zonas. Pocas fueron las imágenes que tuvieron profundidades de campo extensas, pero imagino que fue la decisión del Director de fotografía y el Director para conseguir efectos de ensueño (o pesadilla). Adoré en gran manera los efectos especiales de los mortífagos, sus acelerados vuelos transformados en largas trayectorias de humo arremolinado; de igual forma, el pensadero. Como si fueran gotas de tinta cayendo en un claro de agua creaban los cuerpos de las personas y las cosas. Y que decir de la escena donde Dumbledore se deshace de los inferi (que así se llaman) que le atacan a él y a Harry Potter cuando intentan recuperar el relicario convertido en un Horrocrux por Voldemort. Ese torbellino de fuego en la cueva de cristal fue fabuloso.

Puedo concluir que me gustaron los efectos especiales mucho. El estilo en general de la película no tanto. La adaptación a la pantalla mucho menos. Y entiendo que hacer adaptaciones de este tipo de obras es por demás difícil. ¿La volvería a ver? Seguramente sí. De hecho la voy a comprar cuando salga a la venta. Y esperaré de una manera muy, pero muy ingenua, que la próxima película sí cumpla mis expectativas.

¡¿Y ahora qué hago con la salsa bechamel?!

 

Bueno, ya tenemos una deliciosa, sencilla y versátil salsa bechamel recién cocinada… ¿Y ahora qué? Se preguntarán ¿Qué exquisitos usos le doy a esta supuestamente maravillosa salsa madre?

Bien como platicábamos en un artículo anterior, las versatilidad de las salsas madres radican en que con ellas se elaboran las bases de muchos platos y de ellas se desprenden otras salsa más elaboradas, agregando ingredientes.

Por ejemplo, la salsa Mornay, a nuestra salsa bechamel le agregamos queso parmesano, queso gruyere y listo! Mornay a la orden (la receta podría variar). Pero no nos desviemos del tema y veamos un uso práctico, rápido y rico: el croque monsieur, que traducido del francés al español es algo así como el caballero crujiente. Ya investigué el origen del nombre y como muchas otras cosas, no hay fuentes confiables y está perdido en la historia. Conformémonos pues con saber que el croque monsieur es un sándwich elaborado con salsa bechamel. Es muy popular en las calles de Francia, lo venden casi siempre en las panaderías o en los cafés como un alimento para llevar.

Los Ingredientes:

Rinde para 2 personas

  • 4 rebanadas de pan blanco de caja sin orillas
  • 4 rebanadas gruesas o 6 rebanadas finas de jamón de pierna de puerco o de pavo fino
  • 1 taza de queso gruyere, manchego, chihuahua, monterrey u otro para fundir con sabor suave rayado
  • Sala bechamel, la suficiente para cubrir todo
  • Un poco de mantequilla para untar

El Procedimiento:

  1. Preparamos una charola con papel aluminio o silicón para evitar que se nos pegue el sándwich al momento de hornear
  2. Precalentamos el horno a 375 grados centígrados
  3. Untamos muy ligeramente de mantequilla dos rebanadas de pan
  4. las 2 rebanadas de pan las colocamos en la charola lado a lado
  5. Cubrimos cada rebanada con salsa bechamel
  6. Cubrimos la salsa con ¼ de taza del queso rayado
  7. Ponemos las rebanadas de jamón sobre el queso
  8. Sobre el jamón esparcimos un poquito más de queso rayado
  9. Tapamos ambos sándwiches con las rebanadas de pan restantes
  10. Cubrimos las tapas con salsa bechamel y esparcimos el queso que ha sobrado sobre estas
  11. Metemos al horno unos 15 minutos a que se dore y el queso esté gratinado. El tiempo depende del horno así que pon atención en este paso y ten vigilados tus sándwiches
  12. Listo! Lo puedes servir acompañado de una copa de vino y una ensalada de verdes.

miércoles, 15 de julio de 2009

Salsa Bechamel

 

Anteriormente comentaba sobre la cocina francesa y sus etapas marcadas por sus chefs. Una de las habilidades de cualquier Chef o persona que guste de cocinar, como es el caso de un servidor, es la preparación de las salsas madres y aunque ahora las tendencias en la gastronomía es aligerar lo que ingerimos, sí cocina molecular te estoy hablando a ti, a mi me gustan más los deliciosos platos clásicos. Muchos de los cuales son preparados con una de las versátiles salsas madres: La Bechamel.

La salsa Bechamel o salsa blanca esta preparada con base en un roux, palabra en francés que designa la mezcla de harina y grasa. Habitualmente usamos harina de todo tipo y la grasa suele ser una mantequilla de buena calidad. Recuerden que en las recetas sencillas con pocos ingredientes, la calidad de estos es clave para el sabor final. Mala mantequilla equivale a mala Bechamel. Simple. Al roux le agregamos leche, algo de pimienta fresca molida, sal y algo de nuez moscada et voilà! Una deliciosa salsa Bechamel lista para ser usada en lo que deseemos.

Los ingredientes:

  • 2 tazas de leche fresca
  • 2 cucharadas de mantequilla de buena calidad
  • 2 curadas de harina
  • ½ cucharadita de sal
  • 1 pizca de nuez moscada
  • 1 pizca de pimienta recién molida

El procedimiento

  1. En una casuela fundimos la mantequilla a fuego medio
  2. Agregamos la harina y mezclamos bien
  3. Dejamos que se cocine dos o tres minutos sin que se queme. Tomará un color dorado.
  4. Mientras tanto calentamos la leche en el microondas.
  5. Sin dejar de batir agregamos la leche poquito a poquito y vamos deshaciendo los grumos que se puedan formar.
  6. Cuando hemos terminado de agregar la leche, agregamos la sal, la pimienta y la nuez moscada.
  7. Seguimos batiendo ligeramente hasta que la salsa espese.
  8. Voilà! La salsa está lista para usarse

lunes, 13 de julio de 2009

Cocinando en francés 1

 

En sus azares interminables, la vida y otras circunstancias me han puesto en distintos lugares del planeta. Todas experiencias únicas y enriquecedoras, diferentes siempre aunque sean los mismos sitios, dejan marcas en mi cosmovisión del todo al que formo parte. De estas aventuras por el globo, definitivamente el degustar diferentes sabores ha sido uno de los principales deleites.

Por encima de todas las cocinas, prefiero la mía, la Mexicana; estoy plenamente convencido que competimos contra cualquier otra cultura en lo que a diversidad concierne, y a pesar de que algunas personas puedan pensar, la cocina del país tiene un espectro tan amplio que bien puede atender a los gustos sencillos, de la gente común a pie hasta las refinadas papilas gustativas que de manera experta juzgan sabores y buscan la exquisitez en la sofisticación de los platos. Además, nuestras aportaciones a la gastronomía internacional son grandes e impactantes: El guajolote o pavo, el chocolate, el maíz, el tomate, el aguacate, por mencionar a algunos. Sin embargo, pienso que la imagen internacional de la gastronomía mexicana está devaluada, el grueso de la población mundial piensa que los tacos, las quesadillas, las chimichangas y las enchiladas es lo único que comemos. Esto es, a sus ojos somos un pueblo “fritanguero” que vive de masa de maíz frita rellena de diversos guisos, asados o estofados y aquí en el país pueden pensar que somos los únicos que desayunamos huevos con frijoles (que realmente es un desayuno inglés).

En mis personales gustos, la cocina que sigue en mi lista de favoritos es la francesa, la cual según mi opinión, sí cuenta con el favor de la opinión más elevada de la población mundial. Reconocida internacionalmente como reflejo del buen gusto, el buen comer y el buen beber, es Francia la cuna de lo que hoy conocemos como la alta cocina, a pesar que los orígenes son, como casi siempre, el resultado de las influencias y adopción de diferentes costumbres de otros países o pueblos, de los cuales podemos destacar a los italianos, los belgas y a los romanos. Hace mucho, en aquella isla que hoy se llama Île de la Cité, en donde fue refundada la ciudad de Paris, tuvo inicio una de las cocinas más famosas del mundo. No fue sino gracias a la aristocracia francesas que la comida evolucionó. Eran ellos los que contaban con el dinero suficiente para pagar cocineros especialistas, construir las cocinas y sobre todo comprar los ingredientes y las especias, que ese tiempo costaban su peso en oro. Los aristócratas hacían gala en grandes banquetes de su capacidad económica y presentaba a sus invitados exóticos platos, que podían incluir animales preparados y reconstruidos en su piel o plumaje original para acentuar el dramatismo del plato principal. Comían con los dedos y la dieta variaba según lo disponible por temporada, por conserva o por festividades religiosas.

Hay una lista muy larga de personalidades de la cocina francesa, pero fueron tres chefs o jefes de cocina los que moldearon en gran parte la cocina como la conocemos hoy. El primero de ellos es François Pierre La Varenne, a quien los historiadores culinarios consideran el padre del cambio de lo medieval a lo moderno. Escribió varios libros de cocina y cambia de platos fuertemente condimentados a sabores más suaves, de tal suerte que el cardamomo, la canela, el azafrán, la nuez moscada y otras más exóticas se pasa al uso de las hierbas finas: Tomillo, estragón, laurel, salvia, perejil, etc. E inventó la salsa bechamel, una de las salsas madres de la cocina francesa.

A La Varenne le sigue cronológicamente el Chef Marie-Antoine Carème. Repostero famoso por sus trabajos elaborados y extravagantes cuya contribución más importante fue haber divido la cocina francesa en categorías y denominar las salsas madres, que con algunas variaciones se convierten en otras y son base de la comida de la cocina de la época. Estas son: La salsa española, la salsa demi-glacé, la salsa de tomate, la salsa velouté y la salsa bechamel. De estas una gran variedad de salsas adicionales se desprende agregando ingredientes adicionales.

Y por último, fue George Auguste Escoffier el que creo la divisón de las cocinas como las conocemos hoy en día. Gracias a esta división de actividades un plato pasó de ser preparado por una sola persona a ser el producto del ensamblaje del trabajo de varios cocineros especialistas. Definió las estaciones y su manera de funcionar y la estructura jerárquica de la cocina, la cual los mortales simples y comunes tenemos pocas oportunidades de ver funcionando. Y es en la película Ratatuille donde se expone de manera sencilla todo ese mundo interior de un restaurante de 3 estrellas Michelin.

Pero ¿Comen los franceses cocina de altura todos los días? Claro que no. Nosotros no hacemos tamales cada dos días para la familia, ni cocinamos cabeza o chiles en nogada cualquier martes por la tarde. Los alimentos que se consumen, al igual que en México, dependen de la zona donde vivas o te encuentres de visita. De manera que los platos son sencillos, llenos de los olores y sabores de los productos locales. En los pueblos cercanos a las costas, la obviedad indica que hay un mayor número en el consumo de pescados y mariscos. En las zonas cercanas a las fronteras con Alemania y Bélgica, se consume la col fermentada y las salchichas, los tomates, el aceite de olivo por Provence y así sucesivamente. Hay también, por otra parte, los platos que todos conocemos, y que no representan a una región o lugar en particular, como el coq-au-vin o pollo al vino tinto, el pot-au-feu que es un cocido de carne y verduras, la tarte Tatin o los croissants.

Las porciones alimenticias son menos abundantes que en nuestro país y un desayuno en casa es una taza de café con leche (café au lait) con una baguette cortada por la mitad untada con mantequilla y alguna mermelada (la tartine). La comida, entre las doce del mediodía y las dos de la tarde inicia con los aperitivos, un plato de entrada, un plato principal fuerte donde se sirve el pollo, la carne o el pescado en sus distintas preparaciones, después de la comida un platón de quesos, frutas y nueces, y por último el postre. Se cierra con café y puede o no haber un licor digestivo para cerrar. Todo acompañado de los vinos regionales que se sirven bien maridados con los platos que se degustan: Blancos para sabores suaves, como el pollo, pastas blancas y pescados; rojo para carnes y sabores intensos como pastas rojas, aves de caza; generosos para los postres, como el jerez o el oporto.

miércoles, 8 de julio de 2009

Cuento de enanos

 

La mina es siempre muy oscura, no me gusta. Hay demasiado polvo y mis ojos en estos años no logran adaptarse a la oscuridad de la misma forma que mis hermanos lo han conseguido. La comida de gruñón es siempre un asco y no entiende que los pimientos amarillos me irritan el estómago. Doc es un pesado que se cree que lo sabe todo por ser el mayor y me tiene aquí trabajando porque según su forma de pensar esto me hará crecer y ser igual que ellos y me convertirá en todo un enano del bosque de provecho. ¿Y luego que? No entiendo porque trabajamos en una mina que es nuestra desde hace tanto tiempo la cual nos da suficientes ingresos económicos y no compramos una casa más grande ¿Para qué carajos queremos tanto oro y piedras preciosas guardados? ¡No tenemos descendencia! No hay hijos ni esposas a quien dejar todo esto. Si somos los últimos de nuestra especie en este bosque, al menos deberíamos extinguirnos con estilo y no ocultos de la luz del sol cavando para extraer mucho más de lo que nos podríamos gastar si viviéramos mil años. Hay días que estoy dispuesto a romper mis silencio y hablar de una vez por todas para hacerles saber a estos una o dos verdades sobre como vivir bien y de paso dejen de pensar que nací mudo y orejón. A veces pienso que soy adoptado.

¡Gracias a Dios! El idiota de Gruñón de nuevo se ha vuelto a golpear su pulgar con el pico y Doc se ha dado cuenta que es hora de irnos. Esta es la parte del día que más disfruto: Salir de este hoyo inmundo y regresar a la cabaña a beber algo de cerveza de malta en la parte trasera de la casa donde nadie puede molestarme por unos minutos. Paz. Paz finalmente. Me da tanto gusto que de regreso brinco de júbilo, aunque mis hermanos piensan que sigo el ritmo de su monótona cancioncita de camino al hogar.

Si tan sólo se dieran cuenta que podríamos hacer más cosas, salir de este lugar, buscar a más de los nuestros. Estoy seguro que más allá del bosque debe haber más como nosotros. Ellos piensan que la malvada reina exterminó a nuestra gente cuando aun éramos unos bebes. Yo lo dudo, sino ¿Cómo es posible que hayamos sobrevivido todo ese tiempo? Yo no recuerdo bien las cosas, soy el menor y en mis primeros recuerdos, siempre Doc ha cuidado de nosotros. Pobre Doc, hay días que me da pena, ha hecho tanto por nosotros y le retribuimos con tan poco, a él parece no importarle, pero yo estoy seguro que le agradaría que le tratásemos mejor o al menos que cuestionásemos menos sus decisiones. Al fin y al cabo, si no es por él quien sabe como estaríamos.

¡Ah! La casa, ya la veo… Hay algo extraño, cuando nos fuimos, estoy seguro que apagamos todos los quinqués ¿Por qué están las luces encendidas? A medida que nos aproximamos a nuestra cabaña, noto en mis hermanos la misma ansiedad y preocupación que siento yo. La puerta está cerrada, pero las ventanas están todas abiertas de par en par. Y ¿Qué es eso que cuelga en el balcón superior? ¿Un tapete? Doc nos pide que nos quedemos quietos, que primero entrará él. Sólo Gruñón le discute la idea, pero de manera reticente obedece y se queda con el resto de nosotros. Doc cruza el umbral de la puerta y escuchamos un fuerte sonido de asombro. Temiendo lo peor y sin pensarlo entramos todos súbitamente a la casa. Es increíble lo que nuestros ojos miran: Todo en ese lugar brilla de lo limpio que está. Los cojines de los sofás están ordenados, no hay polvo ni basura tirada en el suelo, el cual muestra su verdadero color debajo de la gruesa capa de mugre y tierra que habitualmente lo cubre. Los trastes en la cocina están destellantes y no hay desperdicios sobre la estufa. En su lugar una gran olla con algo parecido a un estofado de colores graciosos pero de olor delicioso burbujea sin parar cosquilleando nuestras narices, y aun lado, en la ventana, varios panes recién hechos y un pastel de manzanas y canela que se enfrían de manera tentadora. No damos crédito a lo que ahí ocurre; jamás, en el más salvaje y loco de nuestros sueños, se nos hubiera ocurrido limpiar aquella cocina.

Ya la conmoción de nuestro arribo pasa y envuelto entre aquellos deliciosos olores, al igual que mis hermanos, me pregunto ¿Quién haría semejante labor? ¿Y porqué? Mis seis hermanos no pueden ocultar su nerviosismo, creo que tratan de evitar que yo me de cuenta que están preocupados. Alcanzo a escuchar un ruido en la parte superior. Muy ligero, en la recámara. Todos volteamos a vernos y como si alguien hubiera disparado una pistola indicando el inicio de la carrera salimos velozmente a las escaleras y subimos apurados a la segunda planta donde está nuestra recamara comunal. ¡Una chica! Acostada en tres de nuestras camas ¡Hay una chica preciosa! Creo que debo estar soñando, que alguien me pellizque porque esto no puede ser verdad. Primero la casa limpia, luego la comida hecho y ahora una mujer encantadora acostada en tres de nuestras camas.

Puedo ver en el rostro de los demás la misma sorpresa que el mío seguramente también refleja. La mujer en cuestión se mueve, tratando de acomodarse en aquella improvisada cama, que a simple vista le resulta incomoda. Todos nos quedamos quietos, callados, yo no se que hacer y empiezo a golpear las yemas de los dedos de mis manos, el tic nervioso que me ataca cuando me enfrento a una situación de inseguridad. La mujer se mueve de nuevo, ahora su rostro está a centímetros del nuestro. Me aproximo, igual que mis hermanos, a verla más de cerca, más detalladamente. Su belleza es excepcional, nunca en mi vida había visto una mujer tan bella en persona. Es tan alta que necesitó tres de nuestras camas para poder acomodar su cuerpo entero, su piel es tan blanca y limpia que parece la nieve que cae en el invierno, sus labios resplandecen con destellos de rubíes de intenso color rojo y su cabello brillante es tan negro como una cueva o el firmamento del cielo sin estrellas del verano. Todo en ella es delicado y armonioso. Mi nariz esta pegada al colchón, muy cerca de los dedos de su mano izquierda. Perdido en mis ensoñaciones, no me doy cuenta que lanzo un suspiro. Ella mueve sus dedos lejos de mi nariz muy despacio y yo asustado me retiro. Ella abre los ojos lentamente. Se incorpora y con movimientos felinos estira sus brazos largos y esbeltos despertando del sueño en el que estaba sumida cuando la encontramos.

Yo no se que hacer, pero ella parece tener todo bajo control. No se asusta cuando nos ve y nos saluda de manera alegre y amable. De pronto me siento mucho más tranquilo. No sólo es bella, es también simpática. ¿Cómo dice que se llama? Entre el alboroto de todos no escucho bien lo que dice. ¿Blanca nieves dijo? Creo que si. Que más da, ya tendré tiempo de platicar con ella. ¡Vaya! Que mejor motivo para hablar que este. Ahora todos se presentan. Se van a llevar la sorpresa de su vida cuando se den cuenta que todo este tiempo he podido hablar. Aquí viene mi oportunidad. ¡¿Qué está haciendo Doc?! ¡¿Por qué le dice que yo no hablo?! ¿Quién le da el derecho de meterse de esa manera en mi vida? Creo que será mejor esperar a que estemos a solas para platicar con calma ella y yo solamente. Mantendré las cosas así.

Ya está Doc hablando en su papel de gran líder autoproclamado. Al menos su propuesta es buena: Que se quede para que nos lave, nos planche, nos haga comida y mantenga la casa limpia. ¿Todo a cambio de lo que ella quiera? Bueno, al menos algo de provecho vamos a sacar de todo el oro que hemos sacado hasta ahorita. Buena manera de invertirlo, hasta que a Doc se le ocurre algo con sentido y de beneficio para todos. Yo por lo pronto le voy a pedir que haga más estofado como el que tiene en el fuego. Parece que a ella le agradó la idea de trabajar para nosotros en la casa como nuestra criada. Es bella y simpática, pero por lo visto no es muy inteligente, habrá que ver cuanto nos cobrará por sus servicios; pero pensándolo bien, que más da, lo que nos sobra es oro. Deberemos estar alerta de asegurarnos que no encuentre la entrada a la bóveda secreta.

Ya están Feliz y Estornudo sacando los instrumentos musicales, si la comida está como huele, yo bailo lo que quieran. Tengo que encontrar mi acordeón ¿Dónde lo puse la última vez? Estaba seguro que estaba detrás del sofá gris, pero como la mujer ha movido todo, no tengo la menor idea donde pudo haberlo dejado. ¿Por qué decidí hacerme el interesante y no hablarles? Ni modo, me aguantó. A buscar ese acordeón. Voy a hacer mi entrada tarde porque ya empezaron a tocar. Todo está bien: Hay música, comida, casa limpia. Debería estar todo en orden pero ¿Qué diablos hacen todos estos animales en las ventanas de la casa? En lugar del acordeón iré por mi escopeta. La cacería va ser buena esta tarde.

lunes, 6 de julio de 2009

La verdad

 

El reloj marcaba las seis con quince de la tarde y finalmente me podía relajar después de una larga jornada laboral que no había sido precisamente de las mejores de mi vida. El auto de la empresa me dejó tirado esta mañana mientras regresaba de una inspección a uno de los proveedores. La reunión de la tarde había resultado fatal y me enteré por boca del entrometido de Fernández que tendríamos que recalcular todos los inventarios de la bodega para hacer los ajustes necesarios. Lily, la secretaria de mi jefe, en un descuido, derramó la taza de té sobre el reporte en original que le acababa de entregar para hacer las copias que tendríamos que entregar esa misma tarde. Me sería imposible tenerlo de nuevo en tiempo; y por si eso no fuera suficiente, Susana, mi esposa me anunció que la bruja de su madre vendría a pasar uno o dos fines de semana a la ciudad. Lo cual significaba renunciar por completo a la intimidad con mi mujer ya que tendríamos que dormir en la sala para que su madre ocupe nuestra recamara, porque a la señora “le molesta y le da alergia el tapiz de nuestro sofá”, como si a mi me importara un carajo su comodidad. Además de lo entrometida y melindrosa que es, me salió delicada. En fin, un día como pocos. Afortunadamente estaba por terminar y siguiendo mi vieja tradición pasé a la taberna que esta camino al departamento a tomarme un trago o dos de whiskey para relajarme un rato, disolver en los espíritus del alcohol las penas que me agobian y encontrarle un poco de sentido a todo este desorden para mañana, con más bríos, encararlos a todos y solucionar lo que se vaya presentando. Por lo pronto, lo importante es llegar a la taberna cuanto antes.

Después de estacionar el auto, revisé mis pertenencias, para que no estuvieran muy a la vista, luego se activa el dicho que dice que la ocasión hace al ladrón y no estoy dispuesto a formar parte una vez más de las estadísticas de esta conflictiva ciudad, yo con una vez que me haya sucedido me doy por bien servido, no quiero repetir. Tomo mi chaqueta y mientras camino presiono el control remoto de los seguros del auto. Me detengo un poco mientras escucho el doble pitido, como corroborando que en realidad todo está cerrado y seguro, como si el sonido despertara al dragón que cuidará mi raquita posesión mientras me ausento de ella. Acto seguido, retomo mi andar hacia aquella taberna.

Apenas crucé la puerta mis ojos hicieron un completo recorrido por el lugar en busca de rostros familiares. Ninguno apareció. Decidí que me sentaría en la barra que, de manera poco común, se encontraba más desocupada aquella tarde que de costumbre. Volví a consultar mi reloj. Marcaba las seis cuarenta y cinco, lo cual significaba que tendría todavía una hora y quince minutos más de hora feliz, dos bebidas por el precio de una. El cantinero se encontraba ocupado con un par de clientes por el otro lado, saque de la bolsa de mi chaqueta mis cigarrillos y encendí uno. Observé la manera en que estaban dispuestas las botellas medio vacías en aquella estantería de madera y espejos, los cuales daban el efecto de que hubiese más bebida de la que en realidad contenían. El lugar siempre me había parecido un refugio de bohemios. De decoración anticuada, pasada de moda, pero acogedor y con una atmósfera de los años 40s que invadía el pequeño espacio. El cantinero se acercó. Al parecer era lo único nuevo en la barra.

- ̶ ¿Que le servimos señor?

̶- Un whiskey escocés doble por favor

-̶ ¿Sabe que tenemos hora feliz hasta las ocho? Es dos por uno, le puedo servir dos tragos o cobrarle este a mitad de precio ¿Qué prefiere?

-̶ Mira, sírveme este y después que lo tome te digo si quiero otro trago o mi cuenta.

-̶ Por supuesto señor.

-̶ ¿Qué pasó con Tobías?

-̶ ¿Tobías?

-̶ Sí, Tobías, el cantinero que estaba antes que tu.

-̶ No lo se señor. A mi me contrataron apenas esta mañana y me pidieron que hoy mismo me presentara. Tal vez se tuvo que ir o tuvo alguna emergencia, no sabría decirle.

-̶ Pues espero que no haya sido nada grave. Era buen cantinero.

Y se fue a atender a otro cliente. Iba yo por mi segundo cigarrillo, cuando al estar buscando entre las bolsas de mi chaqueta el encendedor, un hombre se sentó en lugar inmediatamente al lado mío. Me sentí algo incomodo porque la barra estaba desocupada en gran parte y podría haberse sentado un poco más retirado de mi. Sin embargo no quise verme descortés o grosero levantándome para cambiarme de lugar, además, sólo era un trago más y estaría listo para irme al departamento a enfrentar a la energúmena de mi suegra con sus arrebatos de mártir.

El tipo a mi lado, visiblemente borracho, bueno, y olfativamente borracho, ya que despedía un acentuado tufo a alcohol, balbuceó lo que pude entender como “Quiero un ron con coca”, al parecer el entrenado oído del nuevo cantinero entendió lo mismo porque fue lo que le sirvió sin necesidad que mi nuevo vecino se lo pidiera de nuevo. Yo encendí mi cigarrillo tratando de no voltear mucho a ver como el borracho se empinaba el vaso largo de cóctel. Recargó sus pesados brazos en la barra y agacho musitaba algo, ininteligible, levantaba la cabeza y con los ojos cerrados agitaba lentamente su mano frente a su cara. Todo su cuerpo se movía en un constante vaivén que no era tan fuerte para hacerle caer de su banquillo, pero si muy notorio. Había algo cadencioso en la manera que movía su mano, su gesto se tornó duro, sus cejas se ciñeron y sus párpados se apretaron muy fuertes. Los dedos que extendidos dibujaban círculos en el aire se transformaron en un puño que violentamente bajó golpeando la barra. Luego, como volviendo en si, volteo a verme, luego miró al cantinero, después se agacho y se acurrucó entre sus propios brazos recargado en la barra y empezó a sollozar como un niño. Yo lo miraba y estuve a punto de levantarme para retirarme de ese lugar a otro, cuando su cabeza se levantó y me miró con la mirada nublada por el alcohol.

-̶ Amigo ¿Me regalarías un cigarro?

-̶ Por supuesto – le contesté mientras extendía con mi mano la cajetilla a medio consumir de cigarros light

-̶ Haz de disculparme por el golpe y el pequeño alboroto – dijo con aires de seriedad.

-̶ No hombre, todos tenemos nuestros ratos.

-̶ Es verdad, y no todos los ratos que tenemos son dulces ¿Verdad?

-̶ Creo que así es – respondí.

-̶ Tengo que confesarte la verdad – me dijo el tipo mientras apuraba un trago de su cuba libre

-̶ Lo siento. Estoy por irme – mentí para evitarme el rato incomodo.

-̶ No se preocupe usted caballero, prometo que no le quitare mucho de su valioso tiempo, es sólo esta necesidad de sacar esto que tengo dándome vueltas en no se que parte de mi cuerpo y que no me deja tranquilo.

-̶ En verdad estoy por irme – mentí de nuevo

-̶ Un par de minutos, es todo. Tiene usted cara de gente confiable. Me inspira confianza.

-̶ Pero si usted ni me conoce – le dije bromeando –podría ser un asesino y usted no lo sabría

-̶ No amigo – me contestó – Para ser de esos le hace falta el brillo de maldad en la mirada. Usted no es así. Su rencor si acaso puede llegar a pensar mal de su suegra y no atrever a decírselo y por favor no me malinterprete – me dijo como si nada y fue lo que capturo mi atención.

-̶ Así que piensa usted… ¿Cómo me dijo que se llamaba?

-̶ Aun no le digo como me llamo

-̶ ¡Mire nada más! Aun no nos conocemos y ya me va a confesar la verdad

-̶ Interesante no le parece, rompamos esquemas. Es bueno para la salud mental romper esquemas de vez en cuando en esta maldita ciudad que tiene todo contaminado. Sus calles, sus cielos. Su gente.

-̶ Bueno, yo no sería tan drástico. Es verdad, las cosas a últimos años no han estado como desearíamos, pero de eso a que sea un completo caso perdido… Bueno, creo que dista mucho de la realidad.

-̶ ¡Ah! La realidad es tan subjetiva mi estimado camarada, nos engaña con sus espejitos multicolores y luego nos muestra la cara que pensemos es la verdadera pero que en realidad siempre está cambiando.

-̶ Creo que tiene razón.

-̶ La tengo. Y créame que no me siento nada feliz de que así sea.

-̶ ¿Y cómo supo lo de mi suegra? – le pregunté - ¿Qué me delató?

-  Así que yo tenía razón. Usted no quiere a su suegra – me respondió mientras soltaba un risita para si mismo.

-̶ ¿A poco hay alguien que si la quiera? – le pregunté algo incomodo por haberme puesto en evidencia delante de un extraño.

-̶ ¡Por supuesto! – exclamó – Yo mismo la adoraba antes de que todo pasara

-̶ Pues es usted un tipo extraño – le bromee

-̶ Tal vez amigo. Tal vez. Sin embargo no siempre fue así. Vera… ¿Le molesta si le tuteo?

-̶ Por supuesto que no.

-̶ Bien. Veras – comenzó cambiando su tono de voz y su semblante a algo más relajado – todo empezó aquella tarde afuera del conservatorio. Iba yo saliendo de una de mis clases

-̶ ¡Ah! ¿Es usted profesor de música? – le interrumpí

-̶ Era – me contestó con un gesto que reprobaba mi interrupción – le decía que iba yo saliendo de una de mis clases, cuando la vi. Sus ojos reflejaban tanta luz que el sol se opacaba ante el brillo de su mirada. Sus labios sonreían sin cesar y aquellas manos parlanchinas podían contar historias completas sin ayuda del sonido de su voz. Estaba con sus amigas, sentadas en una de las jardineras esperando que pasaran a recogerlas al terminar las clases. Yo me quedé absorto en la admiración que sentí por ella en ese momento. Me pareció haber encontrado la fuente de inspiración para siempre, estuve seguro de eso. Y luego, ella volteo y me miró directamente a los ojos. Como si se supiera observada y con su mirada penetró al interior de mi alma y sentí que podía leer el último de mis pensamientos y sentir mi corazón como bombeaba la sangre que subía a borbotones hacia mi cabeza. Puedo jurar que lo interpreto porque me sonrió en ese mismísimo instante y de sus labios salieron disparados hacia mí dardos con el letal veneno de sus besos guardados para mí. Todo sucedió tan rápido que no tuve tiempo de pensar, algo guiaba mis pasos hacia ella, como un ser sin voluntad propia manejado por algo superior, caminé hacia ella con una estúpida sonrisa pintada en mi rostro esperando no se que cosa al hacerlo. Cuando estuve cerca de ella, de su angelical mirada, volvió a verme me guiñó un ojo y rápidamente se subió al carro de su madre para desaparecer por la avenida.

-̶ Pues bien le fue a usted con cupido profesor.

-̶ Pasaron los meses – continúo como si yo no hubiera hablado – y nos hicimos novios. Beatriz era lo mejor de mi vida, el centro alrededor del cual giraba todo mi existir. No había mejor día que el que pasaba con ella y los demás parecían eternos cuando no estaba cerca. El sólo verla confortaba mi ser y daba paz a mi existir. Compuse mis mejores canciones para ella y por ella. Fui galardonado en un sinnúmero de ocasiones por mis logros musicales. Mis alumnos y mis colegas notaban la felicidad que irradiaba yo en mi plenitud. Y cuando pensé que no conocería gloria mayor, ella me da la noticia que esperábamos un hijo. ¿Lo puede creer? ¡Un hijo! Mi amor por ella se perpetuaría en la forma de otro ser vivo. Un hijo nuestro…

-̶ Pues felicidades, mi esposa y yo todavía no encargamos ni uno. Usted sabe como están las cosas hoy en día…

-̶ El mundo está muy loco como para traer a alguien al mundo, y se necesita ser muy valiente para nacer.

-̶ ¿Y que fue?

-̶ No lo sé, aun no nace

-̶ ¡Oh! Lo siento, yo pensaba que… olvídelo.

-̶ No lo sé y es lo que me tiene así.

-̶ ¿Cómo?

-̶ Así, en esta incertidumbre que me mata a cada momento y no me deja descansar. Beatriz me dejó. Se fue. Cuando llegué a nuestra casa sólo había una carta que intentaba explicar sus motivos. Nunca me amó, se fue con su mejor amigo, el verdadero padre del hijo que yo pensaba era mío. La culpa no la dejaba vivir en paz y no tuvo el valor de enfrentarme. Me dejo.

-̶ Cuanto lo siento – le dije y mientras lo hacía sus ojos se cerraron dejando caer gruesas lagrimas que buscaban su camino al suelo entre los surcos formados por sus facciones.

El tipo hundió de nuevo su rostro entre sus brazos y lloró amargamente un poco. Yo me incorporé del banquito, tomé mi chaqueta y a manera de despedida le dí unas palmadas en la espalda. Sentí lástima por él. Aventé unos billetes en la barra, suficiente para cubrir mi cuenta y la de él. Le hice una seña al cantinero como explicándole que yo pagaría. Entendió. Cuando me dirigía hacia la puerta giré la cabeza para verle de nuevo antes de salir. Ya había parado de llorar y yo daba gracias a Dios de no ser él.

Ensoñaciones asombrosas

 

Siempre he soñado. Como todo el mundo. Y he tenido sueños hace muchos años que aun sigo recordando; en ocasiones desparecen por un tiempo de mi cabeza y luego hay algo, un sonido, un olor, una situación que revive el recuerdo y vuelven frescos a mi mente, con vívidos detalles de su desarrollo y de las emociones que despertaron en mi cuando ocurrieron por primera vez; hay algunos que los tuve a muy temprana edad y aun recuerdo de cuando tenía cinco años. Durante mi adolescencia las emociones en los sueños de intensificaron, tal vez el exceso de hormonas llegando a cada rincón de mi ser y los efectos que estas tenían con los cambios provocados en mi tanto física como mentalmente influyeron de gran manera para saturar con carga emotiva las ensoñaciones asombrosas de aquellas noches de secundaria y han seguido dejando huella firme hasta hoy en día que soy un adulto maduro. No sólo el erotismo hacía presencia, sino todo un mundo rico en colores, texturas, sonidos y formas se desenvolvía en mi cabeza. Las emociones siempre han sido exageradas, de manera que si hay miedo es aterrador, la alegría es inmensa, la tristeza dolorosa hasta el punto de llegar a las lágrimas y despertar abatido por ellas; la incertidumbre, desconcertante; todo cuanto pudiese, o pueda, sentir se amplifica en la lente maravillosa de mi cabeza.

La oniromancia explica el significado de los sueños. Yo tomo una ruta más Freudiana respecto a estos, aunque sin relacionarlos directamente al sexo, comparto la opinión que el inconsciente prevalece durante estos periodos de reposo y afecta la manera en la que el consciente actúa. “El Yo no es el amo y señor de su casa” dijo Freud en su tiempo, acusando a los deseos reprimidos como el combustible que mueve la maquinaria del mundo onírico. Las experiencias del día o preocupaciones son también incluidas en nuestras escapadas nocturnas a los mundos incontrolables de nuestro id. No deja de sorprenderme lo reales que pueden en ocasiones parecer estos sueños y quien no se ha encontrado en la situación de estar en medio de un ensueño placentero para despertar sin quererlo y desilusionado darse cuenta que no era más que eso: Un sueño.

Impulsores de los hombres, el mundo que abre sus puertas a nuestras mentes cuando nos recostamos a descansar ha sido sujeto de la curiosidad del ser humano y sus civilizaciones por eras. Cada uno adaptado a su entorno y su realidad en el espacio que le toca ocupar, esos otros mundos reflejan, como pedazos de un espejo roto esparcidos por el suelo, diferentes partes de nosotros mismos, como desearíamos ser, como somos, que nos preocupa, que nos motiva, nuestras secretas intenciones. Tan particulares como nuestra alma, cada noche representa un viaje hacia nuestro interior.

jueves, 2 de julio de 2009

Transformers 2

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Siguiendo con mis comentarios sobre las películas que he visto recientemente, hay una que no puedo dejar fuera: Transformers 2, The Return of the Fallen. Esta cinta ha sido mundialmente mal evaluada por los críticos de cine; sin embargo, ha recaudado muchísimo dinero en taquillas y no se cuanto dinero más estará recaudando en mercancía relacionada con los personajes de la película. Seguramente a esos jugueteros de Hasbro esta crisis actuales les están haciendo lo que el viento a Juárez (extraña expresión Mexicana que significa que algo no te afecta y cuyos orígenes desconozco por el momento) y se estarán forrando de dinero a costillas de los niños que están siendo cautivados por los robots gigantes transformables y por todos aquellos adultos que pertenecemos a la generación X y crecimos viendo estas caricaturas que en México se transmitían por Red Nacional 13, Imevisión (ahora T.V. Azteca).

La película ¿Cómo empezar? Creo que debo dejar bien claro antes de cualquier crítica que a mi la película me gustó mucho. Ya la he visto dos veces y pienso comprarla en edición especial cuando salga ¿Qué puedo hacer si soy un digno representante de la generación X? Pero mi gusto por estos robots gigantes alienígenas no nubla mi intelecto y mientras miraba la película dentro de mi cabeza el hemisferio izquierdo y el derecho luchaban al mismo nivel que los robots de la pantalla atacando y defendiendo el film, la enorme lista de incoherencias, hoyos en el guión, malas actuaciones, datos falsos o completamente erróneos eran opacados al ver a mis personajes favoritos de mi infancia en todo su esplendor. No sólo eso, ver a tantos de ellos juntos. Que sí, yo soy de los que se dio cuenta que Micaela (Megan Fox) saco de su pantalón blanco mágico, mismo que jamás se ensució, las vendas, la férula, el yeso y demás elementos utilitarios médicos para reparar la mano de Sam Witwicky (Shia Labeouf) cuando casualmente al caer en ARENA se lastimó la mano, coincidiendo con el accidente automovilístico del autor en la vida real. ¿Quién no se dio cuenta en que dos de los decepticons que formaban al gigantón de Devastator estaban al mismo tiempo luchando contra los autobots? Si quisiera hacerla de abogado del Diablo y defender lo indefendible podría usar de argumento que estamos hablando de seres alienígenas, que son capaces de tomar la forma mecánica que les venga en gana en cualquier momento y que llevan en la tierra con nuestro conocimiento solamente dos años, de los cuales sólo unos pocos les conocen directamente, así que no sabemos los alcances de su tecnología y tal vez el estar en dos (o más) lugares al mismo tiempo sea una cualidad adicional (y tal vez son buenísimos bailando danzas tailandesas o cocinando fondue).

Pienso que en el estricto sentido técnico, esta película cuenta con el despliegue más impresionante de efectos especiales a la fecha, es llamativa, colorida, llena de acción, de momentos graciosos pero sobre todo es entretenida. Y esta última característica es, en mi muy personal opinión, lo que le ha ganado tantas salas llenas de espectadores satisfechos a lo largo y ancho del mundo entero. Yo sigo siendo fan. Si hacen una tercera con gusto voy y la miro y compro el DVD o Blue Ray (que un no tengo) sólo para promover que se sigan haciendo más cintas como esta. Si lo que quisiera ver es cine de calidad artística, por inicio de cuentas no me pararía a comprar boletos para ver una cinta que lleva por titulo “La venganza de Fallen” es tonto esperar algo serio de esto.

Autobots ¡Transfórmense!

miércoles, 1 de julio de 2009

Pastel frío de limón y frutas

 

Con estos calorcitos que vienen y van siempre se me antoja algún postre frío y dulce. En mi casa, desde que fui un niño, mi mamá hacía este postre, y ahora lo hacemos todos. Es muy rico y muy fácil de hacer (como todo lo que público aquí en el blog).

Siempre le hemos llamado pay frío o pastel frío, pero en realidad es más parecido a una carlota que a los anteriores.

Los ingredientes:

  • 1 lata leche evaporada Clavel
  • 1 lata leche condensada La Lechera
  • 1/3 taza de jugo de limón (del chiquito mexicano o key lime)
  • 1 lata grande de cóctel de frutas en almíbar
  • 1 ½ tubo de galletas Marías simples (sin azúcar ni nada)

El Procedimiento:

  1. Se ponen en la licuadora las leches y el jugo de limón. Se licua hasta que se forme una cremita espesa, la leche se cortara en el proceso pero con el batido se forma una cremita dulce con sabor a limón muy rica.
  2. En un refractario mediano se pone una capa de galletas Marías en el fondo.
  3. Se cubre con algo de cóctel de frutas en almíbar, tratando no echar mucho del almíbar.
  4. Se cubre con una capa de la crema de limón suficiente para cubrir todas las galletas.
  5. Repetimos los pasos hasta terminar con la última capa de crema de limón. A mi me salen casi siempre unas tres capas de crema de limón, pero varía dependiendo del tamaño del refractario o molde en el que se arme.
  6. Esparcimos el cóctel de fruta restante sobre la capa de crema de limón final
  7. Refrigeramos dos horas por lo menos, tiene que estar bien frío.
  8. Servimos en rebanas individuales

Bon Appetite!