Dentro de las múltiples categorías en las cuales puede encajar este espacio, en la cual va algo lento por cierto, es en la de ser un espacio para mis delirios gastronómicos. Un lugar de reflexión abierta donde expongo las cosas que me gustan del delicioso arte (y a estas fechas y situaciones, privilegio) del buen comer y el buen beber. Porque habrá quien de manera ranchera diga que "para morir, nacimos", pero el tiempo entre dichos eventos lo pasamos más bien comiendo. Por habrá personas que digan que no aman, pero todos comemos algo.
Yo veo en el cocinar para alguien una muestra de mi afecto. Pienso que podría escribir miles de palabras intentando describir mis complejos sentimientos o apreciaciones por alguien, pero me gusta más poner unos minutos de mi vida en un plato y al servirlo, viendo los rostros (casi siempre) gustosos sentir que he dedicado un pedacito de mi existencia a hacerlos sentir bien. Que pudiendo ordenar pizza o comida china decidí consentirles. Porque les quiero. Además que coincido con un artículo que leí hace poco donde se dice que muy dentro del corazón de cualquier cocinero hay un showman queriendo salir a la superficie. Los que me conocen estarán totalmente de acuerdo.
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