Este sábado fuimos de paseo al zoológico de San Diego, el día era de los mejores que hemos tenido en el año; aprovechamos los rayos, muy escasos estos días, de sol y nos lanzamos con sándwiches y todo a ver animalitos enjaulados lejos de su hábitat natural para el deleite de los citadinos que a lo más llegamos a ver palomas, gaviotas, ratas y cucarachas por las calles. Extrañamente son cada vez menos los perros callejeros. Pero no quiero desviarme e iniciar otra línea de ideas con lo de los canes.
Fuimos a aprender un poquito más de botánica y zoología, pongámoslo así para que no suene mal. Hubo un par de movimientos en el zoológico. Hay un área nueva de elefantes la cual visitaremos en otra ocasión para ver más allá de su salida. En dicha área estaban los de la marca Canon exhibiendo, junto con los animalitos, sus equipazos fotográficos. Puro equipo de nivel profesional, sí, de esos objetivos y cámaras de precios prohibitivos para la mayoría de nosotros los simples mortales.
Caminamos poco y nos asoleamos mucho, pero hacía falta el calorcito del sol, lo cual no representó mayor inconveniente. Después del obligado paseo por las canastitas, el “skyfari” del cual debo decir que lo que sólo se observa son las copas de los árboles, los otros visitantes que van colgados de otros carros y la vista desde un peculiar punto de San Diego, no muchos animalitos desde acá arriba; bien, pues después del skyfari y del herpetario (mi queja es que los monstruos de Gila estaban dormidos o sabrá Dios donde porque el área estaba cerrada) nos fuimos a dar un paseíto por Gaslamp quarter.
Ya he estado varias veces en el zoológico, no hay muchas cosas que me sorprendan ahí en lo referente a las exposiciones. Me gustan los animales y siempre disfruto poder verles, aunque sea en esas condiciones de encierro involuntario (o sea en cautiverio), pero en esta ocasión, sentado en una bardita esperando el bus Express para que nos llevase a la salida, me di cuenta de la gran, gran, GRAN cantidad de personas obesas que hay en USA., y como que todos estaban reunidos en el Zoo. El número era impresionante, muchísima gente en silla de ruedas, personas de todas las edades, niños, abuelas, en fin, un montón de personas con sobrepeso. Me sentí por un momento en la película de Wall-e. Y aunque el comentario pudiese parecer gracioso en realidad me alarmó el descuido nutricional al que estamos llegando. Son unas galletitas hoy, un chocolatito mañana, una hamburguesita después de la primera y cuando menos te das cuentas ¡BAM! Ya esta gordito. Hay que cuidarse sin caer en los extremos.
El sábado hubo sol, animalitos y gorditos =)
No hay comentarios:
Publicar un comentario