¿Cómo se relacionan los conejos, los pollos y los huevos coloridos con la pasión de Cristo? No lo sé a ciencia cierta, pero estoy seguro que en alguna parte de su historia en Estados Unidos, algunas costumbres paganas se integraron y al final, como suele ocurrir en estos casos, tenemos las tiendas llenas de parafernalia que celebra al conejo de los huevos, encargado de la pascua.
Las vacaciones de Semana Santa han terminado, los días son concedidos a los mexicanos como festivos puesto que la mayoría de la población del país es católica. La Semana Mayor, como la conocemos también sirve para conmemorar la crucifixión y la resurrección de Jesus de Nazareno, el Cristo. Es en esta semana donde la fe se renueva, se reafirman los dogmas y hacemos un ejercicio de meditación y contemplación. Yo, siendo menos religioso, aprovecho estos días para pensar en todo tipo de cosas. Han muerto seres con los que compartí tiempos importantes de mi vida. Mi corazón les mantendrá a mi lado hasta que se llegue el momento en que nos reunamos en algún lado, ya sea en el cielo y la gloria eterna de Dios, o en el cúmulo de materia y energía que forma lo que percibimos como universo. Donde sea.
Pero además de las desafortunadas pérdidas personales, el desconsuelo se filtra muy lentamente, amenazando con quebrantar el espíritu, permeando las estructuras de la tranquilidad. Basta con ver las noticias, en cualquier canal, en cualquier idioma, para darse cuenta de lo mal que está el mundo. De lo mal que estamos los seres humanos. De lo incierto que es nuestro futuro. ¿Cuántos conejos con cestas de huevos multicolores de chocolate serán necesarios para mejorar esto?
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